Otra planta que ya está floreciendo en nuestro entorno a finales de enero es la Vicia villosa, una leguminosa que se emplea como forraje para los animales. Se suele recomendar como cultivo de cobertura en rotaciones agrícolas, especialmente asociada con una gramínea anual (avena, centeno o cebada). Es una planta humilde pero muy importante, ya que aporta mucho nitrógeno al suelo. Se suele escapar de los cultivos y por eso la encontramos en cunetas y en patios como el nuestro.
Estas son las aves que habitan o visitan el recinto del CEPA El Inestal, un centro de educación de personas adultas ubicado a las afueras de la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte. Desde luego, nuestra especie más emblemática es el avión común, ya que en nuestro edificio hay una colonia de esta pequeña pero valiente ave que todas las primaveras viene desde África para pasar unos meses con nosotros.
Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)
"Cyanistes" viene del griego "kuanos"
(=azul oscuro) y alude a los distintos azules que el plumaje de este pajarillo
combina con los amarillos. "Caurelus" es un término latino que
también significa azul oscuro en referencia al azul cobalto de sus alas, cabeza
y, sobre todo, collar.
Lo de "herrerillo" viene del parecido del silábico
canto de estas aves con el ruido del martillo del herrero cuando golpea el
yunque.
Texto extraído del libro AVETIMOLOGÍA. EL ORIGEN DE LOS
NOMBRES DE LAS AVES DE EUROPA de José Manuel Zamorano y publicado por la
editorial Omega.
Verdaderamente diminuto el carbonero garrapinos (Periparus
ater) llama enseguida la atención por la cabeza desproporcionadamente grande respecto al tamaño del cuerpo y la cola muy corta. La parte superior de aquella es
negra, quizá con un ligero matiz azulado y en la nuca se ve mucho una mancha
blanca tan característica que, aparte del tamaño menor del pájaro, es el mejor
rasgo para distinguirlo de otros páridos que tienen la cabeza negra
Habita muy frecuentemente en pinares y bosques de coníferas, en los que busca incesantemente los insectos de los que se alimenta, por esta razón recibe el apellido de "garrapinos", que podría estar formado por la unión de pino y garrapiñar, voz procedente del supuesto latín vulgar carpiniare, derivado a su vez del latín culto carpere (=arrancar), es decir, "el carbonero que arranca (insectos) de los pinos".
El Verderón Común rehuye bosques densos, pero no zonas arboladas y claros o linderos. Prefiere huertos de frutales y árboles formando hileras que alternan con césped en parques, jardines y avenidas. Más abundante próximo a ciudades y pueblos, e incluso dentro de ellos en calles y plazas, donde anida casi al alcance de la mano en árboles de adorno y grandes arbustos y emparrados. En la campiña, las parejas están dispersas cerca de cortijos y caseríos, bordes de carreteras caminos, etc.
El pico fuerte y el color general verdoso oscuro del plumaje, en el que destaca mucho el borde anterior de las alas, las primarias y la parte superior de las rectrices de la cola con vivo color amarillo, son rasgos tan inconfundibles como la solidez de su cuerpo cuando lo descubrimos saltando por el suelo, entre la hierba o la tierra llena de plantas parásitas de una rastrojera, donde, generalmente, come en el otoño e invierno. Muy gregario después de la cría, su dispersión empieza inmediatamente que los jóvenes son capaces de valerse por sí mismos. Su vuelo es ondulado y potente, con batidos de alas que alterna con planeos, llevando aquéllas bien plegadas junto al cuerpo. En primavera, las parejas establecidas para criar se posan normalmente en las ramas altas de los árboles, los machos siempre al descubierto. En invierno pueden concentrarse sobre arbustos y plantas que tengan mucho fruto, como laureles y hiedras. Hallándose ampliamente distribuido por todas partes, es uno de los pájaros más abundantes de la avifauna europea.
https://www.pajaricos.es/mas/masverderon.htm
Herrerillo común en el comedero del CEPA El Inestal
Los herrerillos comunes son pájaros agresivos y para su tamaño muy fuertes,
manejando con extraordinaria habilidad las pinzas, que no otra cosa es su pico.
Pero también las patas son muy robustas y las uñas afiladas, lo que les
facilita el andar cabeza abajo colgados de ellas y comiendo y picoteando con la
misma facilidad que en postura normal. También se posan en los troncos de los
árboles como si fueran pájaros carpinteros. Normalmente efectúan sólo cortos
vuelos de un árbol a otro, pero también lo hacen a lo lejos y entonces se aprecian
marcadas ondulaciones. En el suelo, donde también se posan a menudo, caminan a
saltos y revuelven entre la hojarasca. Durante la noche se ocultan en grietas
de árboles, agujeros, huecos de muros, etc.
Su repertorio vocal es muy variado y resulta imposible dar aquí ni siquiera una ligera idea de las voces que un herrerillo común puede emitir, aunque nunca tan variadas y fuertes como las del Carbonero Común Parus mayor. El canto es un trino rápido y agudo que comienza con dos o tres notas y se prolonga en un siseo en tono alto ¡¡tsi-tsi-tsi...tsi-hi-hi-hi-hi!! También un agudo y muy alto ¡¡tsi-tsi-tsi-tsissip!! y un más corto ¡¡tsi-tsi-uit, tsi-tsi-uit!! Sus notas de llamada son agudas y de un gran poder de transmisión, escuchándose bien a 200 metros. Cuando vuelan de un árbol a otro o entre arbustos se llaman con continuos ¡¡tsi-tsi-tsi!!
Fuente:
Una fascinante y sugestiva mezcla de observación de aves e historia cultural
Uno de los milagros del invierno ya se está procuciendo en el patio del CEPA El Inestal: la floración del Lamium amplexicaule con noches en los que la temperatura alcanza los seis grados bajo cero. Esta planta, también conocida como lamio, zapatitos de la Virgen, conejitos u ortiga muerta, entre otros nombres comunes, florece con una diminuta orquídea urbana que, observada con atención, nos muestra su enorme belleza.
El tallo de la ortiga muerta cuenta con cuatro lados perfectos, una sección cuadrada típica de la familia a la que pertenece, las lamiáceas. Algunas de sus primas son las mentas y las hierbabuenas, que también tienen el tallo cuadrado.
El frío no es un impedimento para que esta planta crezca y florezca. Esto no solo es algo maravilloso para la vista, sino que también lo es para los insectos, que en esa época comienzan a revolotear y no cuentan con tanto alimento como desearían.
Sus semillas están provistas de un apéndice muy nutritivo llamado eleosoma, que encanta a las hormigas, así que esta es la forma en la que la planta paga a estos insectos por el transporte de sus semillas hasta otros lugares.
Algunas de las flores de esta planta permanecen siempre cerradas en los meses fríos. Es una especie que produce flores cleistógamas, lo que significa que éstas se fecundan sin necesidad de abrirse, es decir, que la planta se lo guisa y se lo come por lo que se refiere a la reproducción.
Esta planta se ha venido utilizando con numerosos fines a
lo largo de la historia. Las hojas que son jóvenes, las raíces y los brotes son
comestibles y suelen ser empleadas para hacer ensaladas totalmente naturales.
Les dan buen sabor y aliñadas son toda una delicia. Si se cuecen también sirven
para añadir a sopas caseras, quedando bastante deliciosas.
Las flores se han empleado para fabricar confituras, aunque no
es conveniente abusar de su contenido en saponinas. Muchos de los champús,
baños de hierba o lociones faciales que empleamos hoy día están elaborados en
gran parte con el Lamium amplexicaule. Esto es debido a que tiene un alto
contenido en taninos que ayudan en la reparación y a salud de nuestra piel y el
cuero cabelludo.
Otro uso que se le ha solido dar es en forma de colirio para sanar el dolor de ojos. Para las mujeres ha venido muy bien en el tratamiento de alteraciones en la frecuencia de la menstruación, ya que puede contribuir a regular de nuevo el ciclo menstrual.
Hay dos plantas crucíferas, las que tienen las flores con cuatro pétalos, que son fáciles de encontrar en cualquiera de nuestras cunetas incluso en invierno: la Diplotaxis erucoides (jaramago blanco) y la Moricandia arvensis (collejón). Ambas consideradas como malas hierbas, la primera, con flores blancas, ha tenido usos medicinales. La segunda, con flores moradas, se ha utilizado tradicionalmente para dar de comer a los conejos e incluso a la familia en épocas de mucha hambruna.
Castilla y León ha aumentado notablemente su población reproductora de águila imperial en los últimos años. La Comunidad pasó de contabilizar 29 parejas de esta especie en 2005 a 101 en 2020. El fuerte aumento poblacional de los últimos años ha ido acompañado de un notable aumento del área de distribución, habiéndose registrado en 2020 por primera vez su presencia como reproductora en la provincia de Palencia; el número de parejas reproductoras ha crecido un 152% en los últimos doce años.
Esta es, sin duda, una buena noticia de la que además la ciudad de Peñaranda de Bracamonte debe sentirse partícipe, ya que está declarada como municipio por el águila imperial ibérica y así consta en un cartel que nos encontramos entrando por la carretera de Medina. De hecho, no es tan raro poder ver esta magnífica ave, tan emblemática de la Península Ibérica, cuando vas llegando a nuestra localidad. Y además tenemos la suerte de saber que cría a su prole no muy lejos de nuestras casas.
Los córvidos son unas aves inteligentes y fascinantes, no tienen nada que ver con esa imagen popular de pajarracos negros y de mal agüero.
Hoy tenemos el privilegio de poder exponer aquí dos magníficas láminas de un ilustrador de enorme talento como es Nacho Sevilla. Una mostrando los córvidos ibéricos y su alimentación y comparando sus picos con herramientas que usamos los humanos. La otra muestra los córvidos en vuelo.
- Cuervo grande y corneja - hacha
- Rabilargo y arrendajo - herramienta multiusos
- Graja y grajilla occidental - alicates
- Chova piquirroja y chova piquigualda - pinzas
