En la última parte, lluviosa y ventosa, de este otoño de 2022 un ejemplar divagante de Phoenicopterus roseus ha permanecido unos días en una charca de La Armuña y unos días después se le ha visto en el río Tormes a la altura de Huerta.
Por su notable tamaño y su peculiar aspecto, el flamenco
común resulta posiblemente la más espectacular de todas las aves acuáticas que
pueblan nuestros humedales. Su estilizada silueta puede ser vista en
muchos de nuestros mejores enclaves húmedos costeros mediterráneos y
suratlánticos, o en algunas lagunas del interior, como la malagueña de
Fuente de Piedra —donde se asienta su principal colonia de cría en España y una
de las más importantes de todo el Mediterráneo— o algunas localidades
manchegas.
Fotografías: Carmen Pérez
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